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¿Qué hacer?

La Palma es un destino tradicional y auténtico, que ha sabido preservar sus valores, sus símbolos, sus iconos y sus detalles más representativos. Un destino repleto de posibilidades, que no deja indiferente a nadie.

La Palma por tierra

Con más de mil kilómetros de senderos catalogados, La Palma ofrece una multitud de opciones para recorrer sus espectaculares paisajes. Adentrarse en un bosque de laurisilva, pasear entre volcanes, o descubrir los inmensos barrancos del norte, son algunas de las muchas posibilidades que brinda la isla. A través de estos caminos se pueden visitar prácticamente todos sus rincones, desde la Crestería o la Ruta de los Volcanes, hasta el Camino de la Costa, o la Ruta de los Puertos, que une Santa Cruz de La Palma con el Puerto de Tazacorte. Para los aficionados a la bicicleta de montaña, o MTB, La Palma es un auténtico paraíso. A través de un buen número de pistas forestales se puede admirar los pinares canarios, la laurisilva, los volcanes, y la costa de La Palma. Entrar en las profundidades de La Palma también es posible. En ellas aguarda un interior de energía volcánica, con fascinantes formaciones, curiosos tubos volcánicos, y una fauna sorprendente. Rutas en quad, buggy, o en buggy 4x4… La Palma es un destino de oportunidades, con miles de detalles y rincones que no pasan desapercibidos a los sentidos. La aventura está al alcance de todos en la mágica Isla Bonita.

La Palma por tierra
La Palma por mar

La Palma por mar

La Palma es el lugar idóneo para impregnarse de Naturaleza. Alberga una de las tres Reservas Marinas de las Islas Canarias, con un paisaje volcánico submarino de gran belleza, por lo que sumergirse en sus aguas es adentrarse en un universo de diversidad y colorido. Las erupciones volcánicas han creado, tanto en el norte como el sur de la isla, un ecosistema marino de rocas raras y fascinantes arcos, torres y cuevas. Dejarse deslizar por ellos, con sus caprichosas formaciones rocosas es, sin duda, una experiencia única. Además, la luminosidad y buena temperatura de su océano favorece la práctica del buceo durante la mayor parte del año. El Puerto de Tazacorte, en la costa occidental de La Palma, es la base para las excursiones marítimas. A las numerosas cuevas y veriles que se encuentran en el litoral de la isla se unen las oportunidades de avistamiento de cetáceos, tortugas y diversas especies de peces (entre ellos los divertidos peces voladores). Sin duda, una experiencia inolvidable. Las aguas de La Palma también permiten actividades de piragüismo, especialmente en el abrigado litoral de Fuencaliente. Recorrer su acantilada costa, con sus bonitas formas, sus improvisadas piscinas naturales esculpidas caprichosamente entre sus rocas y sus cuevas recónditas con sus curiosos techos, es otra manera imprescindible de descubrir la isla.

La Palma por aire

La isla de La Palma es toda ella un mirador estelar. Gracias a sus cielos oscuros y despejados durante casi todo el año, se ha convertido en uno de enclaves más privilegiados del planeta para la observación del firmamento. Otro de los espectáculos imprescindibles de la Isla Bonita es contemplar su extraordinario mar de nubes, un fenómeno creado como consecuencia del encuentro entre los vientos alisios y las altas montañas de la isla. Este mar de nubes rebasa las montañas de la vertiente sur y se disgrega, bajando por la ladera como si de una cascada de nubes se tratara. Si La Palma es hermosa por tierra y por mar, también lo es por aire. La suavidad de sus condiciones climáticas, junto con sus especiales características orográficas y de orientación a los vientos dominantes, permite el vuelo libre durante al menos trescientos treinta días al año en sus múltiples zonas de vuelo. Para elevar los pies del suelo, y descubrir la isla desde las alturas.

La Palma por aire